Guardia Civil

Gámez irrita a la Guardia Civil: celebra que se puedan llevar tatuajes cuando nunca estuvieron prohibidos

Guardia Civil tatuajes
Un guardia civil con un tatuaje en el brazo.

En la Guardia Civil no dan crédito con las últimas declaraciones de su directora General, María Gámez, con respecto a la normativa que plantea el Ministerio del Interior para prohibir a los agentes lucir ciertos tatuajes. Según Gámez, la nueva instrucción -que está a la espera de pronunciamiento por parte del Consejo de Estado- permitirá los tatuajes que «hasta ahora no estaban permitidos». En realidad no había ninguna regla que los prohibiese explícitamente, como reconoce la asesoría jurídica del Cuerpo en un informe.

El resquemor interno con esas palabras de Gámez es patente desde un acto celebrado en Málaga este lunes, con motivo de la celebración de la fiesta patronal de la Guardia Civil. Según la directora General, la aprobación de ese nuevo reglamento, que ha puesto en pie de guerra a los guardias civiles, será un paso «cualitativamente muy grande» en cuanto a derechos de los agentes. Según Gámez, «hasta ahora no estaban permitidos y lo van a estar».

La directora se vanagloria de que los agentes «por fin puedan tener tatuajes sin ninguna limitación más allá de respetar los valores constitucionales y limitar determinadas zonas que nos parecen que con el principio de autoridad no serían compatibles, cabeza, cuello y manos».

«Una tomadura de pelo»

«Es una auténtica tomadura de pelo, no hay otra forma de verlo. Su propia norma habla de la necesidad de crear reglas para los tatuajes porque hasta el momento no hay ninguna», explican a OKDIARIO fuentes asociativas de la Guardia Civil.

En ese sentido se manifiesta también la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), cuyo departamento legal recuerda que incluso la propia Dirección General reconoció la inexistencia de normas específicas sobre tatuajes.

Lo hizo en el informe elaborado por la asesoría jurídica de la Guardia Civil, en el que se argumentaba la necesidad de poner en marcha un reglamento explícito sobre tatuajes «dada la ausencia de previsión normativa específica sobre la tenencia y exposición de tatuajes en quienes son miembros del cuerpo».

Por ello, recomendaban en ese informe entregado a Gámez y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, era necesario proceder a iniciar «el correspondiente procedimiento normativo».

Dispuestos a ir a juicio

Mientras, los guardias civiles esperan con inquietud el dictamen del Consejo de Estado sobre la nueva norma de uniformidad impuesta por  Grande-Marlaska, que obligaría a muchos agentes del cuerpo a eliminar sus tatuajes que puedan ser visibles portando el uniforme.

En caso de que la medida del Ministerio salga adelante -incluso con un pronunciamiento en contra del Consejo de Estado-, la principal asociación profesional de la Guardia Civil tiene previsto llevar al ministro ante la Justicia para revertir su decisión. «Si el Real Decreto que se publique en el BOE obliga a los compañeros a someterse a una intervención para quitar el tatuaje, recurriremos», aseguran desde AUGC.

Esas intervenciones, que deberán pagar de su propio bolsillo, se basan en técnicas como el borrado láser o la dermoabrasión (la eliminación se realiza mediante un lijado de la piel). Sí se permite, en cambio, que sean visibles en brazos y piernas vistiendo el uniforme de uso general de la Guardia Civil: son similares a los que lleva el propio ministro en su antebrazo derecho.

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